Aunque de repente las miradas te perturben,
los murmullos te acorralen,
las risas te desarmen
y las espaldas se te regalen.
Aunque sin quererlo estés sentada,
ingrávida, en silencio,
siendo presa de tus lágrimas.
Aunque un día tu sol se apague,
tu luna no venga a arroparte,
tu lluvia se seque.
Aunque de reptente la moneda se de vuelta hacia la cruz,
cuando ya nada te quede más que morir,
voy a acariciarte el pelo y besarte la frente.
Voy a hacerte sentir que aún en el descuento de la vida,
siempre pero siempre, se puede encontrar el lugar,
el refugio para el alma herida.
los murmullos te acorralen,
las risas te desarmen
y las espaldas se te regalen.
Aunque sin quererlo estés sentada,
ingrávida, en silencio,
siendo presa de tus lágrimas.
Aunque un día tu sol se apague,
tu luna no venga a arroparte,
tu lluvia se seque.
Aunque de reptente la moneda se de vuelta hacia la cruz,
cuando ya nada te quede más que morir,
voy a acariciarte el pelo y besarte la frente.
Voy a hacerte sentir que aún en el descuento de la vida,
siempre pero siempre, se puede encontrar el lugar,
el refugio para el alma herida.
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